La
calidad de vida que se puede tener depende de la calidad del
pensamiento que se puede usar.
El
pensamiento crítico es aquel en el cual el pensante se apodera de
las estructuras del pensamiento al someterlas a estándares
intelectuales. Un pensador crítico; formula preguntas claras y
concisas, percibe información relevante efectivamente, prueba
hipótesis relevantes, tiene un pensamiento lateral, es capaz de
apreciar distintas perspectivas. Se comunica efectivamente.
El
pensamiento crítico aspira a ser objetivo e imparcial. Todo
razonamiento tiene un fin, pretende resolver un problema o una
pregunta y explicar algo. Posee fundamentos que se deben dar por
válidos y una perspectiva, se fundamenta en información fáctica,
conceptos e ideas, inferencias o interpretaciones que permiten llegar
a conclusiones, estas tienen un fin con implicaciones o
consecuencias. Se utilizan preguntas al respecto de los conceptos
anteriores, para ejercer un pensamiento crítico.
El
pensamiento egocéntrico; se trata de una perspectiva egoísta no
empática, creemos por lo regular saber cómo son las cosas. Es
cierto porque creo en ello, creemos en ello, quiero creerlo, así
siempre lo he creído, me conviene creerlo. No es de sorprender que
como especie no hayamos desarrollado un interés en establecer y
enseñar estándares intelectuales legítimos.
Los
estándares intelectuales universales deben usarse cuando se quiere
verificar la calidad del razonamiento sobre un problema, pensar
críticamente implica dominar los estándares: Claridad, exactitud,
precisión, relevancia, profundidad, amplitud, lógica, importancia y
justicia.
Características
o virtudes intelectuales: autonomía, integridad, humildad,
imparcialidad, perseverancia, entereza, empatía.
Solución
de problemas.
1.
Determine y articule con frecuencia sus metas, propósitos y
necesidades. Reconozca los problemas como obstáculos que se
interponen entre usted y el logro de sus metas.
2.
Si es posible, atienda un solo problema a la vez. Exprese el problema
con toda la claridad y precisión que pueda.
3.
Estudie el problema hasta determinar el “tipo” de problema con el
que se enfrenta. Determine, por ejemplo, qué tiene que hacer para
resolverlo. Diferencie entre los problemas sobre los que tiene algún
control de aquellos sobre los que no tiene ninguno. Separe estos
últimos y concéntrese en aquellos que puede resolver.
4.
Decida qué información necesita y búsquela.
5.
Analice e interprete cuidadosamente la información que recopile.
Delimite las inferencias que razonablemente pueda delimitar.
6.
Precise las opciones a tomar. ¿Qué puede hacerse de inmediato? ¿Qué
tiene que esperar? Reconozca cuáles son las limitaciones en términos
de dinero, tiempo y poder.
7.
Evalúe las opciones. Considere las ventajas y desventajas.
8.
Adopte un acercamiento estratégico e implante esa estrategia. Puede
que la situación requiera acción directa y rápida o mayor
pensamiento antes de actuar.
9.
Cuando tome acción, compruebe las implicaciones de sus actos según
éstas se manifiesten. Esté listo para revisar y modificar la
estrategia o su análisis del problema en cualquier momento o según
obtenga más información sobre el problema.
Los
pensadores críticos aplican rutinariamente los estándares
intelectuales a los elementos del razonamiento para desarrollar las
características intelectuales.
Los
estándares intelectuales se deben aplicar a los elementos según se
aprende a desarrollar las características intelectuales.
Resumen
Las
claves de la argumentación
¿Por
qué argumentar?
Una
definición de “argumento” tomada de un diccionario es “disputa”.
En este sentido, a veces decimos que dos personas “tienen un
argumento”: una discusión verbal. Esto es algo muy común. Pero no
representa lo que realmente son los argumentos. “dar
un argumento” significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas
en apoyo de una conclusión. Un
argumento es un medio para indagar. No
es un error tener opiniones. El error es no tener nada más.
Las
reglas que rigen los argumentos, entonces, no son arbitrarias: tienen
un propósito específico.
LA
COMPOSICIÓN DE UN ARGUMENTO CORTO
Distinga
entre premisas y conclusión. Usualmente, los argumentos cortos se
escriben en uno o dos párrafos. Ponga primero la conclusión seguida
de sus propias razones, o exponga primero sus premisas y extraiga la
conclusión al final. En cualquier caso, exprese sus ideas en un
orden tal que su línea de pensamiento se muestre de la forma más
natural a sus lectores.
Aun
si su argumento, desde la premisa a la conclusión, es válido, si
sus premisas son débiles, su conclusión será débil.
Evite
los términos generales, vagos y abstractos. “Caminamos horas bajo
el sol” es infinitamente mejor que “Fue un prolongado período de
esfuerzo laborioso”. Sea conciso también. La elaboración densa
sólo hace que el lector —e incluso el autor— se pierda en un mar
de palabras. Evite
un lenguaje emotivo No haga que su argumento parezca bueno
caricaturizando a su oponente. Generalmente las personas defienden
una posición por razones serias y sinceras. Trate de entender sus
opiniones aun cuando piense que están totalmente equivocadas.
Use
un único significado para cada término La tentación opuesta es
usar una sola palabra en más de un sentido. Ésta es la falacia
clásica de la “ambigüedad”.
Una
buena manera de evitar la ambigüedad s definir cuidadosamente
cualquier término clave que usted introduzca: luego, tenga cuidado
de utilizarlo sólo como usted lo ha definido.
ARGUMENTOS
MEDIANTE EJEMPLOS
Los
argumentos mediante ejemplos ofrecen uno o más ejemplos específicos
en apoyo de una generalización. Un requisito es, por supuesto, que
los ejemplos sean ciertos. Recuerde la regla 3: ¡un argumento debe
partir de premisas fiables! Un
ejemplo simple puede ser usado, a veces, para una ilustración.
Pero
sólo un ejemplo no ofrece prácticamente ningún apoyo para una
generalización. Puede ser un caso atípico, la excepción que
confirma la regla. Se necesita más de un ejemplo.
Trate
también de pensar en contraejemplos cuando evalúe los argumentos de
cualquier otra persona. Pregunte si las conclusiones de esa persona
tienen que ser revisadas y limitadas, o si tienen que ser retiradas
por completo, o si el supuesto contraejemplo puede ser reinterpretado
como un ejemplo más. Tiene que aplicar la misma regla tanto a los
argumentos de cualquier otra persona como a los propios. La única
diferencia es que usted tiene la posibilidad de corregir por sí
mismo su generalización excesiva.
Explica las
similitudes que encuentras en
las lecturas de Anthony Weston y en la de Richard
Paul y Linda Elder.
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Explica de forma amplia lo que entendiste.
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Explica cómo puedes aplicar lo leído en ambas lecturas en tu vida académica,
y en tu vida cotidiana. Trata de no dar una respuesta concreta.
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Ambos
hablan del pensamiento, mientras unos lo hacen desde una
perspectiva crítica, el otro toma la vertiente argumentativa.
Ambos toman visiones racionales y secuenciales del pensamiento,
ambos proponen métodos para desarrollarlo.
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El
pensamiento crítico aspira a ser objetivo e imparcial, cosa que
considero bastante ambiciosa, dado que como seres humanos
proyectamos en las palabras y en las acciones aquello que
realmente somos, aun inconscientemente. Aspirar a una percepción
objetiva y concreta de la realidad no es posible según Kant, no
es equivalente el mundo en sí que el mundo para mí. Hay límites
al conocimiento. Sin embargo los métodos y fases que proponen si
bien son útiles, me parece que no acaecen de facto en la vida
real; como ejemplo, cito a Tesla y Edison en su lucha por ver qué
tipo de transmisión eléctrica dominaría la industria; la
alterna o la directa. En dicha disputa no se observan ni los
dichos argumentativos ni el pensamiento crítico. Si no más bien
la calumnia (a Edison le serviría de mucho electrocutar un
elefante con un alta voltaje de corriente alterna) y el sabotaje.
A mí me parece que tal pensamiento crítico y argumentativo es
correcto e ideal sólo en los círculos académico, en la vida
real privan los intereses de todo tipo (principalmente económico)
y la manipulación y la propaganda sacan ventaja a favor de unos
cuantos y detrimento de aquellos que no dominan tanto el
pensamiento creativo como el argumentativo.
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En
la vida académica, se puede usar en la elaboración de ensayos,
resúmenes y diversos materiales que impliquen, la narración
argumentativa, el desarrollo de una tesis, etc.
En
la vida cotidiana, pueden ser útiles para la comunicación
asertiva, para la empatía cultural y la correcta expresión de
nuestras ideas y puntos de vista con respecto a un tema, además
de las habilidades argumentativas para sostener nuestra opinión,
con respecto a otras.
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Bibliografía:
Anthony
Weston. (2006). Las claves de la argumentación. España: Ariel.