martes, 21 de febrero de 2017

La separación entre economía y naturaleza

1. Explica cuál es la perspectiva marginalista de la relación economía-naturaleza utilizando las siguientes ideas:
La perspectiva marginalista intuye que la relación entre economía y naturaleza no existe, (la minimiza) dado que cualquier bien es sustituible y siempre obtenible, además de idéntico, cosas que no corresponden al flujo real de materia y energía que ocurre en el mundo (y que da cuenta de él principio de entropía), solamente se enfoca en el Homo economicus, es decir la actividad de producción, intercambio y consumo de mercancías que tienen valor en el mercado. Ponderando la noción de riqueza a la máxima satisfacción obtenida a través del máximo consumo, como parte del funcionamiento de Homo economicus.
a) Caracterización de “lo económico”
Concretamente, en lo que se refiere a definición del ámbito de lo económico los marginalistas profundizaron en la concepción clásica, depurándola y consolidándola. Ello no hizo más que agudizar la inadecuación de la teoría económica a la hora de tratar con el problema de los recursos naturales y el medio ambiente, en la medida en que el objeto de estudio de la Economía quedaba ya claramente delimitado por lo apropiable y valorable (e incluso lo producible). Es decir, sólo aquellos recursos que podían ser objeto de intercambio comercial tenían cabida en esta definición, recibiendo luego un tratamiento indiferenciado por lo que hacía referencia a su capacidad de renovación.
Es un análisis formal sin límites físicos donde la analogía mecánica alcanza su máxima expresión. Por un lado, subyace una confianza total en las posibilidades de la tecnología a la hora de permitir una plena sustituibilidad de factores y materiales” (Cuerdo, M. y Ramos, J. L p 92)
Lo económico -bienes apropiables privadamente, intercambiables y producibles por el hombre en la que apenas hay espacio para los recursos naturales y el medio ambiente.” (Cuerdo, M. y Ramos, J. L p 96)
Queda fuera la naturaleza del análisis económico, siendo este reducido a las mercancías que se pueden intercambiar en el mercado.


b) El significado del homo economicus
La idea del homo economicus para caracterizar el comportamiento humano en el ámbito económico, según la cual todo individuo busca siempre maximizar su satisfacción” (Cuerdo, M. y Ramos, J. L p 98)
Sin embargo la satisfacción expresada como un consumo máximo, producto del intercambio de mercancías que tienen valor en el mercado. Se trata de un supuesto en los modelos económicos de los marginalistas.


c) La noción de riqueza
Walras es, sin duda, el economista que delimita con más rigor la idea de riqueza, distinguiendo dos rasgos característicos –utilidad y escasez- “(Cuerdo, M. y Ramos, J. L p 93)
Se utilizaron diversos términos, para definir la riqueza, que termina siendo algo deseable, adquirible y transferible. Es decir un conjunto de mercancías que tienen valor de mercado. La noción de riqueza no difiere mucho de los clásicos, salvo por la definición de escasez.


d) La equiparación de la economía con la física
Se toma como modelo a seguir el de la Física newtoniana, un mundo de equilibrio, determinista, sin fricciones, y donde hay completa reversibilidad para todo tipo de acontecimientos” (Cuerdo, M. y Ramos, J. L p 92)
Se toma por analogía a la mecánica celeste, incuso se equiparan conceptos análogos de ambas disciplinas (lo cual está fuera de lugar), no obstante de esta escuela analítica se van a desarrollar un conjunto de teorías que pueden explicar lo que ocurre con los consumidores en los mercados. Sin embargo hay un concepto físico (termodinámico) que es olvidado y es muy importante, la entropía, la cual posee un principio maximal, que implica que con el devenir del tiempo la entropía de un sistema aumenta ineludiblemente y la energía disponible para realizar trabajo (decae naturalmente), a diferencia de la mecaniza idealizada, en esta concepción de la física existen flujos, pérdidas, etc. Parecido a lo que le ocurre al medio ambiente del cual el hombre extrae recursos para convertirlos en mercancías.



Referencia:

- Cuerdo, M. y Ramos, J. L. (2000). Cap. 4. El marginalismo y la desnaturalización del discurso económico. En Economía y Naturaleza, una historia de las ideas (pp. 91-117). Madrid: Síntesis.

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