lunes, 20 de febrero de 2017

Teoría del valor (Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx)

Adam Smith:



El dinero como mercancía de cambio, es decir capaz de establecer el valor de las mercancías, las personas en general tienden a pensar que el dinero representa la riqueza y no es exactamente así, Smith comienza proponiendo un ejemplo acerca del hombre vulgar que considera rico al que tiene dinero (o monedas) y pobre al que no las tiene, después cita otro ejemplo aduciendo que la riqueza para los tártaros se mide en cabezas de ganado, comenta que esta acepción está más cerca del concepto que la que tiene el europeo común (Monedas, oro y plata).
La crítica que hace Smith a los mercantilistas, está relacionada con la balanza de pagos (importaciones y exportaciones), aduce que por el contrario de lo que hacen los mercantilistas, evitar que el dinero y el oro salga del país para adquirir mercancías del extranjero, se debe dejar el libre intercambio de las mercancías, pues la riqueza no está sujeta a la cantidad de oro si no a la cantidad de mercancías, productos y bienes de los que se puede disponer en un lugar y momento dados, dice que la balanza de pagos tenderá a un equilibrio de manera natural aminorando la extracción de oro y plata.


David Ricardo:



El valor de un artículo, depende de la cantidad relativa de trabajo que se necesita para su producción y no de la menor o mayor compensación que se paga por dicho trabajo”
Valor de uso: la utilidad de un objeto particular. Valor de cambio: capacidad de comprar otros bienes Las distintas calidades de trabajo son remuneradas de distinto modo. No es esta una causa de variación relativa de los bienes. El valor de los bienes no sólo resulta afectado por el trabajo que se les aplica de inmediato, sino también por el trabajo que se empleó en los instrumentos, herramientas y edificios con que se complementa el trabajo inmediato. Las utilidades pueden ser tan altas como tan bajos sean los salarios. El valor de las cosas como medida de sus escases. El valor relativo de las mercancías como una función directa del trabajo empleado en producirlas. Según la rapidez con la que perece el capital y requiere frecuentes reproducciones o es de consumo lento, se le clasifica como capital circulante o fijo.
Los productos aunque sean iguales rara vez tienen el mismo valor, pues se producen en combinaciones de capital fijo y capital circulante diferentes. El periodo que transcurre para colocar una mercancía en el mercado afecta su precio (lo incrementa).No existe una medida perfecta para el valor de todas las cosas. “No es mediante la cantidad absoluta del producto obtenido por cualquiera de las clases mencionadas como podemos apreciar correctamente la tasa de utilidad, renta y salarios sino por medio de la cantidad de mano de obra requerida para obtener el producto en cuestión.
El producto global puede duplicarse mediante mejoras en la maquinaria y en la agricultura pero si además resulta preciso duplicar los salarios la renta y las utilidades estos tres conceptos seguirán conservando entre sí la misma proporción que antes y no se puede decir que ninguna ha variado relativamente. Pero si los salarios no comparten la totalidad de este incremento; si en vez de duplicarse aumentaron únicamente en un cincuenta por ciento; si la renta en lugar de duplicarse aumentó tan sólo en un setenta y cinco por ciento y el incremento restante fue absorbido por las utilidades considero justificado afirmar que la renta y los salarios han disminuido y que, en cambio, las utilidades aumentaron ya que si tuviéramos un patrón invariable con que medir el valor del producto, encontraríamos que correspondió un menor valor a las clases de trabajadores y terratenientes y un mayor valor a la clase de los capitalistas de lo que antes percibieron unas y otras. Por ejemplo podríamos observar que a pesar de haberse duplicado la cantidad absoluta de bienes, éstos fueron exactamente el producto de la misma cantidad de mano de obra que antes.”
David, R. (1959). Sobre el valor. En Principios de economía política y tributación (p 37). México. Ed. Fondo de Cultura Económica.
Todos los bienes producidos por máquinas bajan en proporción a la durabilidad de ellas.

Karl Marx


La circulación misma no es más que un momento determinado del cambio, o también es el cambio considerado en su totalidad”
Marx, K. (1984). Introducción. En Elementos fundamentales para la crítica de la Economía (p19) México: Siglo XXI.
1) no existe cambio sin división del trabajo, sea esta natural o constituya un resultado histórico
2) El cambio privado presupone la producción privada
3) La intensidad del cambio, lo mismo que su extensión y su índole están determinados por el desarrollo y la organización de la producción. El cambio aparece así en todos sus momentos como directamente incluido en la producción o determinado por ella.
El resultado al que llegamos no es que la producción, la distribución, el intercambio y el consumo sean idénticos, sino que constituyen las articulaciones de una totalidad, diferenciaciones dentro de una unidad. La producción trasciende siempre más allá de si misma, en la determinación opuesta de la producción, como más allá de los otros momentos. A partir de ella, el proceso recomienza nuevamente, se comprende que el intercambio y el consumo no pueden ser lo trascendente y lo mismo puede decirse de la distribución en cuanto a distribución de los productos, pero como distribución de los agentes de la producción, constituye un momento de la producción, una producción determinada por lo tanto determina un consumo, una distribución, un intercambio determinados y relaciones recíprocas determinadas de estos diferentes momentos. Finalmente las necesidades del consumo determinan la producción”
Marx, K. (1984). Introducción. En Elementos fundamentales para la crítica de la Economía (p20) México: Siglo XXI.


Marx habla del método de la economía política, hace citas acerca de diversas sociedades en tiempo y geografía contrastantes para poner de relieve sus ideas acerca de las categorías abstractas, las cuales permitirán llegar a lo concreto, según él. Marx menciona la necesidad de la autocrítica de las sociedades para que puedan entender su relación con sus forma pasadas, de las cuáles son un producto tanto coyuntural, como histórico.





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