“La
economía novohispana alcanzó un nivel de crecimiento significativo,
con una estructura sectorial diversificada en la producción. Ésta
se componía en 60% del producto agropecuario (28% agrícola y 32%
pecuario), además de una producción manufacturera que superó 25%
del total, que expresaba el desarrollo del mercado interno y sus
vinculaciones recíprocas. La producción minera, según esta
estimación, había alcanzado más de 12% del producto total: 11.4%
monetaria (plata y oro) y 0.6% no monetaria (Romero Sotelo y
Jáuregui, 1986: 105-140).” (Ibarra, A. p 214)
La
industria más importante del reino eran la producción de metales
preciosos (oro y plata principalmente), que estaban destinados a la
exportación y tenían una notable influencia en la balanza de pagos.
La plata se convirtió en la producción económica dominante debido
a las articulaciones estructurales que su explotación supuso en la
Nueva España del siglo XVIII.
La
plata, entonces, tuvo un efecto de transmisión en la demanda
agropecuaria e industrial de la época, que explica su relevancia en
el dinamismo de la economía novohispana en el último cuarto del
siglo XVIII y hasta la “revolución de Hidalgo”. (Ibarra, A. p
216)
La
institucionalización de la explotación argentífera permitió, vía
subsidios (mercurio, reducción de impuesto, etc.) y certeza en la
posesión y contratos de la industria minera, reducir el costo
unitario de producción y con ello elevar esta.
El
incremento de la producción minera, trajo consigo el incremento de
la agricultura comercial, en particular en Guadalajara, se articuló
una economía que exportaba sus excedentes a las tierras del norte,
que producía plata, que acuñaba y usaba para adquirir mercancías
de las distintas regiones, la demanda de bienes intermedios en la
producción minera, incremento la capacidad de producción de una
industria agrícola y ganadera que se encontraba en la periferia.
“La
integración espacial de las economías regionales fue, precisamente,
el mercado interno de la producción platera y los circuitos de
mercantilización que su activa circulación produjo” (Ibarra, A. p
222)
El
sector económico minera de la Nueva España se caracterizó por ser
heterogéneo y dinámico según lo muestran las gráficas en el
libro. Las importaciones y su recorrido por el país coinciden con
los sectores mineros y sus rutas de abastecimiento.
“Ruggiero
Romano (1998), la Nueva España era una economía rica pero los
novohispanos eran pobres, ya que disponían limitadamente del recurso
abundante y exportable de su economía: la plata” (Ibarra, A. p
228)
Debido
a las imposiciones institucionales y a la exportación desmedida del
metal (plata) irónicamente la población no disponía de monedas,
por lo que las libranzas (Obligación de pagos) permitieron utilizar
el crédito en la economía novohispana.
Debido
a las políticas fiscales y monetarias se afectó la circulación
monetaria, lo cual afectó a los más pobres ya que no tenían
autonomía en el mercado.
“El
siglo XVIII para el mundo y en particular para la Nueva España, fue
considerado el siglo de la plata.” (Ibarra, A. p 232)
Comentario
personal:
La
economía de la Nueva España del siglo XVIII fue muy dependiente de
la producción y exportación de plata, la explotación de las minas
produjo no sólo una demanda de servicios y productos intermedios,
sino que configuro el establecimiento de grandes demarcaciones
(Guadalajara, Guanajuato, San Luís Potosí, Zacatecas, etc.) Sin
embargo no toda la población se vio beneficiada de ese auge
Argénteo, la circulación monetaria (Moneda de plata) fue
severamente alterada por las estrictas restricciones del gobierno
central, lo cual causó que muchos de los beneficios económicos, no
llegaran a las clases bajas. Para la Corona Española, la producción
de plata representó un ingresó monetario extraordinario. Me llama
la atención como a partir de los diezmos pudieron graficar el
comportamiento de la producción bruta del país. Al parecer la
Iglesia también fungía como una especie de Hacienda pública.
Referencia:
•
Ibarra,
A. (2010). La edad de la plata: mercados, minería y agricultura en
el periodo colonial tardío. En S. Kuntz (Coord.). Historia económica
de México. De la Colonia a nuestros días (pp. 211-243).México: El
Colegio de México.
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